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Voces de la proliferación

FICCIÓN SONORA PARA UN PAISAJE EN EXTINCIÓN
de CONSTANZA PELLICCI 

Oídos que no pueden escuchar 
¿O la palabra basta?

Hace unos meses visité a Laura y Cristian, dos amigos que viven y cuidan de la Reserva Los Manantiales en Río Ceballos, Córdoba. Durante la visita Laura me leyó dos libros de poesía que escribió en su estar en el monte estos meses. Y Cristian me contó, que está grabando los sonidos de la reserva con la intención de documentar el patrimonio sonoro y así poder preservar y compartir una experiencia de escucha, la conversación del monte, con otros. Escucho en ellos, dos maneras diferentes y preciosas de  cuidar, escribir y reinventar el entorno serrano. Vuelvo a casa y siento el deseo de compartir el trabajo  silencioso e indispensable que llevan adelante en su estar y cuidar de la reserva cotidianamente, desde hace 17 años, junto a muchas otras personas también.
Escuchando las grabaciones del monte que realizó Cristian para su proyecto y me surgen ganas de inventar un paisaje sonoro ficcional a partir de la superposición de capas de monte. Es “un grito de protesta” dice Cristian, a propósito del proyecto de documentar sonidos en vías de extinción “un grito que intenta denunciar la ausencia de políticas de preservación del medio ambiente y del monte serrano en Córdoba. Y si esa pérdida fatalmente ocurre, habremos registrado el sonido de miles de años de evolución de nuestro bosque nativo serrano, o de una de nuestras cascadas, o de nuestras montañas y sus vientos. Nunca consideramos las grabaciones desde una dimensión solamente biológica, es más, lo hacemos principalmente desde lo estético, patrimonial y cultural, desde la belleza, es un compromiso ético”. Pienso en cómo dar a escuchar esas voces, ¿articularlas con otras? o ¿hacerlas sonar todas juntas tal vez? ¿buscar ecos, multiplicarlas? ¿Cómo confluir en ese grito, resonar con esas voces e inventar para estos sonidos un emplazamiento sonoro del orden de lo deseado?.
Cuidar el monte serrano de los desmontes indiscriminados y del avance inmobiliario, es lo que hacen, desde hace años y de manera incansable, una comunidad de vecinos de las sierras chicas. Atentos a la amenaza de incendios cada vez más frecuentes o escribiendo poesía en una relación profunda con la experiencia de escucha de un paisaje, como lo hace Laura. Registrando la intimidad de un entorno sonoro, la conversación del monte, como lo hace Cristian junto a dos organizaciones en el proyecto Voces de la Extinción. Yo no vivo en la reserva, ni en el ámbito cercano a las sierras chicas y esta es, también, mi manera de cuidar de su preservación. Asumir que el monte es un espacio necesario para el monte, donde otros seres puedan vivir también.
Escucho todo esto y decido cantar con el monte. Es mi  pequeño gesto imaginario y ficcional con el que dar cuenta de mi distancia, lo hago desde mi casa en la ciudad, mientras escucho las grabaciones de Cristian y releo poemas de Laura. Lo hago con la intención de crear proximidad, conjurar e invocar diversidad, proliferación, humedad y permanencia de sus vertientes y arroyos, de sus árboles, plantas, pájaros e insectos. Lo hago por la necesidad de poder pensar y hacer algo diferente ante la tragedia ambiental que atestiguamos en cada rincón del planeta. Canto los dibujos que me muestran las raíces y las ramas de árboles, le canto al deseo perseverando en su pulsión vital por crecer y multiplicarse.  Juego a  ser bicho y a emplazarme en este entorno por un instante. Invento una ficción fónica en donde mi voz pueda habitar la reserva desde la distancia y fonar el sonido inaudible del hongo que brota entre los árboles y los contacta, los comunica para crear y proliferar las resistencias. Canto en la lengua que imagino de algunos bichos y aves, sobre vuelo el monte en un andar sonoro de zumbido o de rama finita y quebradiza, desde el borde de las espinas. Camuflaje sonoro donde conversar con un entorno natural y ficcional. Quiero imaginar y escuchar un monte tupido, repleto de capas sonoras, proliferante, que no deje pasar topadoras, ni sea presa de incendios, que no permita que se cambie el curso de sus aguas para construir caminos innecesarios. Imagino un monte rebelde donde contagiarme y aprender las voces de los pájaros e  insectos, desde la escucha y en la distancia de quien contempla. Un paisaje sonoro ficcional donde lamentar también, la destrucción  desertificante.
Superponer en múltiples capas los sonidos del monte, los del día y los de la noche, reunir las fuerzas sonoras que trae y dar cuenta de qué tan fuera de quicio estamos viviendo en este tiempo,  “time is out of joint” decía Hamlet. ¿Qué otros escenarios, espacios y emplazamientos sonoros podemos imaginar en este tiempo que sólo sabe ejercer la separación y la disección de lo vivo? Foucault piensa en los espacios otros y desarrolla el concepto de heterotopía para nombrar eso otro de la utopía, Foucault no lo dice, pero podríamos hacer el ejercicio de pensar que una reserva podría ser también una heterotopía, un lugar otro y diferente del ideal utópico. Un pequeño jardín de lo otro posible en este mundo, donde abonar la diversidad y la imaginación en lo real. Con esta pieza sonora, puedo pensar –jugando un poco con Foucault y haciéndome eco de los movimientos transgenero, que son la fuerza de resistencia deseante más potente que conozco- que es mi apuesta a construir no ya una heterotopía, sino tal vez una transtopia, un lugar sonoro otro y ficcional en lo real donde transfonar. Donde emplazar mi voz en un coro de voces, animales y vegetales para poder escuchar y construir el sonido de un monte serrano tupido, frondoso, con el que dar cuenta de un deseo de ser, más allá de lo que parece posible en los límites de nuestras ideas de naturaleza y  cultura.

1. Foucault piensa que el emplazamiento es la manera de pensar el espacio en nuestro tiempo. El espacio  ya no puede pensarse como un punto localizable ni como pura extensión, sino que se define por las relaciones de proximidad entre puntos o elementos. Estamos en una época en que el espacio se nos da bajo la forma de relaciones de emplazamientos. Foucault, De los espacios otros “Des espaces autres”, Conferencia dictada en el Cercle des études architecturals, 14 de marzo de 1967, publicada en Architecture, Mouvement, Continuité, n 5, octubre de 1984. Traducida por Pablo Blitstein y Tadeo Lima.

2. Voces de la Extinción es un proyecto que llevan adelante Celeste Sanchez Goldar (Tica Hen) y Cristian Escribano (Asociación civil Los Manantiales) que, entre otros objetivos, se propone registrar esa herencia sonora como pieza de una identidad que según ellos, se está perdiendo: “identidad expresada en el diálogo del bosque”.

3. Ficciones Fónicas es un concepto desarrollado por Gabriela Milone en el marco de la discusión entre lo inimaginable del fonema -Derrida- evocando una singular fonética imaginada con Bachelard, donde escribir la voz implica tanto figurar la letra como ficcionar una lengua, así el recorrido que va desde la voz hacia la letra reflexiona sobre la plasticidad de la lengua. CHUY, Revista de estudios Literarios Latinoamericanos. Tomo esta noción jugando con la posibilidad de que registrar un paisaje sonoro es una forma de escritura y transformarlo ficcionalmente en un paisaje transtópico versionando la noción  de heterotopía de Foucault, para llegar a pensar en una transtopia y una transfonia  en continuidad con sus pensamientos. 

*Agradezco a Laura Lopez Morales, Cristian Escribano y Joel Costas por la generosa colaboración en este proceso de trabajo.

En las siguientes páginas compartimos una selección de poemas escritos por Laura Lopez Morales y una entrevista realizada por Celeste Sanchez Goldar a Cristian Escribano sobre el proyecto “Voces de la Extinción” que llevan adelante en una articulación de las organizaciones: Tica Hen y Asociación Civil  Los Manantiales.

Poesía de Laura Lopez Morales

Voces de la Extinción. Entrevista a Cristian escribano por celeste Sánchez Goldar

Constanza Pellicci - Ella

Artista de performance vocal e improvisadora. Estudió música, filosofía y danza. Desarrolla una investigación con la voz humana y el cuerpo en escena, trabaja desde una estética y una erótica de la voz emocionada, singular. Ha grabado discos de improvisación libre y realiza instalaciones sonoras y audiovisuales.

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